Uríbarri, enclavado en el distrito número dos de Bilbao, se desglosa en varios barrios: Castaños, Matiko-Ciudad Jardín, Uribarri y Zurbaran-Arabella. Durante un extenso periodo, Uríbarri se distinguió por ser un área de caseríos dispersos bajo la jurisdicción de la anteiglesia de Begoña. Sin embargo, con la urbanización impulsada por la industrialización en los años 60, muchas de sus calles adoptaron nombres de antiguos caseríos, como la calle Trauko, que evoca la presencia de una finca en esta zona.

Begoña, por otro lado, forma parte del distrito número cuatro de Bilbao, dentro del contexto de las divisiones administrativas de la ciudad en España.

El desarrollo de Castaños (o Gazteleku en euskera) se remonta al siglo XIX, cuando Bilbao se limitaba principalmente al Casco Viejo. En esa época, numerosas familias de la burguesía bilbaína optaron por establecerse en esta zona. El barrio de Castaños se organiza en torno al Paseo Campo de Volantín, a lo largo de la Ría, donde antes se alzaban numerosas mansiones que, con el tiempo, fueron sustituidas por edificios de apartamentos. Uno de los pocos palacetes que aún perduran es el Palacio Olábarri, también conocido como Edificio de Obras del Puerto, ubicado cerca de la plaza de la Salve, que desde 1953 alberga la sede principal de la Administración Portuaria de Bilbao.

Matiko-Ciudad Jardín, oficialmente conocido como Matiko-Loruri en euskera, se compone de dos áreas claramente definidas por la Avenida Maurice Ravel: Matiko y Ciudad Jardín. A pesar de que administrativamente constituyen un solo barrio, tradicionalmente se perciben como entidades distintas. Matiko, con una rica historia industrial, conserva vestigios de su pasado fabril, mientras que Ciudad Jardín, como su nombre sugiere, se caracteriza por sus espacios verdes y su planificación urbana más moderna. Esta dualidad confiere al barrio una diversidad única y una riqueza cultural palpable en su arquitectura, sus tradiciones y su comunidad.